228. EL DECORO
Las mujeres se aburren a mi lado
no comprenden la vida del artista;
se burlan de mi verso pesimista
si no les digo nada o demasiado.
Sin un duro y con paga de soldado
tendré a la que quiera, y no por lista,
sobada por algún capitalista
que con el vil metal la habrá comprado.
La fémina clasista, interesada,
besando a otro tipo en mi presencia,
atenta me dedica su mirada.
El decoro prefiero a la indecencia,
al descubrir su boca emborronada,
me repugna con asco su presencia.
José Luis Guillén Lanzas, 10 Diciembre 2017
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