582. UN TELEGRAMA
Ese chorro de rizos se derrama,
por su espalda en cascada precipita.
No sé qué me ha pasado señorita
al observar tan bello panorama.
Esa boca carnosa que me llama,
esa mirada pura e infinita,
esa cara que tienes tan bonita…
Que desde aquí te mando un telegrama.
Conmigo se quedó una noche a solas
con esos ojos negros a mi vera
no sé poeta cómo te controlas.
Morena, al pueblo vino en primavera,
una rosa risueña entre amapolas
que pretende, preciosa, que la quiera.
José Luis Guillén Lanzas, 2020-12-12