784. UNA DE SIRENAS
Cómo besas, preciosa, cuando besas.
Celosa, dominante y posesiva,
han logrado tu lengua y tu saliva
que me olvide del resto de princesas.
Por eso, porque nada me interesas,
consigues que en mis versos yo te escriba
y te diga de forma taxativa
que las maduras sois las más aviesas.
Al cogerte mujer de la cintura
me envenenan tus curvas tan morenas
si con fervor empujo y calentura.
Me fui como un soldado sin cadenas
tras desnudar tu piel y tu figura
dejándome llevar por las sirenas.
José Luis Guillén Lanzas, 2021-12-31
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